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Chile: cambio de época en la política exterior siglo XXI

  • Fundación La Casa Común
  • 4 mar 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 4 mar 2022


Por Jaime Ensignia

Sociólogo, Dr. en Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Libre de Berlín y Analista en temas de política internacional y regional ALyC.

Colaborador La Casa Común.



Un equipo ministerial para los tiempos que se avecinan

En la cartera de Relaciones Exteriores el presidente electo, Gabriel Boric, nombró a la abogada Antonia Urrejola -segunda mujer que dirigirá este ministerio en su historia-. Urrejola es experta en Derechos Humanos y fue integrante y ex presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA entre el 2017 y 2021. La ministra designada cuenta, además, con una sólida experiencia en relaciones internacionales. Su nombramiento implica una clara señal de la centralidad que tendrá para el gobierno de Gabriel Boric la defensa de los DDHH en el nivel nacional, regional e internacional. Conjuntamente a la ministra nombrada, la acompañaran, Ximena Fuentes como Subsecretaria de RREE, abogada, diplomática, académica, experta con una larga trayectoria en los temas jurídicos internacionales que hasta este momento ejerce como directora nacional de Fronteras y Límites y desde el 2016 tiene a su cargo el caso de Bolivia por las aguas del Silala ante la CIJ de La Haya. Y, como Subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales fue nombrado el joven cientista político, José Miguel Ahumada, académico, magister en economía internacional, Universidad Complutense y, Dr. en Estudios de Desarrollo, Universidad de Cambridge. En definitiva, se observa que una nueva generación de especialistas y expertos se harán cargo de la política exterior del país, lo cual habla bien de las decisiones del presidente Boric y, pronostica un camino más de acorde a los complejos desafíos internacionales de esta época.


La impronta de política exterior del gobierno de Gabriel Boric.

Nunca se parte de cero en las políticas públicas, tampoco se partirá de la nada en la cartera de Relaciones Exteriores. Sin embargo, un análisis del programa internacional del gobierno entrante torna insoslayable la llegada de nuevos tiempos en materia de relaciones exteriores, dejando atrás la diplomacia muy propia del siglo XX, sello de la Cancillería desde el retorno a la democracia, treinta años atrás. Por cierto, hubo cambios respecto de lo que fuera la política exterior de la dictadura cívico militar (1973-1990) pero estos cambios no fueron tan profundos con lo que requería una Cancillería puesta al servicio de la nueva fase de la transición a la democracia. A modo de ejemplo no hubo una reforma importante en la Cancillería; no existió una renovación de su personal diplomático; la política exterior tuvo un fuerte acento comercial y contó con marcadas debilidades políticas.


Las áreas del programa internacional del gobierno

¿Cuáles son los puntos que han de ser la fuerza motriz de este nuevo ciclo? Nos ceñiremos estrictamente a cuatro grandes tópicos señalados en el programa propuesto por el presidente Boric.

- En primer lugar, una política exterior promotora y fortalecedora del multilateralismo y de las organizaciones internacionales -sobre todo frente a los conflictos bélicos que hoy ponen en riesgo la paz mundial- como es el caso ruso-ucraniano. Una política exterior con un fuerte acento en la defensa de los DDHH, conjuntamente con un marcado acento latinoamericanista (integración regional).

- Segundo, una política exterior emprendedora, apuntando a que el país no actuará aislado de su región “mucho menos si las principales amenazas que se enfrentan son de carácter transnacional”. En este ámbito se necesitará potenciar la capacidad propositiva e innovadora del cuerpo diplomático, es decir una transformación profunda del aparato de Cancillería.

- En tercer lugar y siguiendo el sello que tendrá el gobierno del presidente Boric en todas sus políticas públicas, la política exterior tendrá una fuerte impronta feminista, avanzando hacia un ministerio paritario, priorizando la igualdad de género en la gestión interna y en las representaciones del país en el exterior.

- El cuarto punto indica desarrollar y fortalecer lo que se ha conceptualizado como una política exterior “turquesa”. En términos generales, esta política turquesa es la conjunción de lucha y mitigación contra la crisis climática y ecológica global (componente verde) y la protección ya administración de los océanos (componente azul) tal como se explicita en el programa.


En lo inmediato, la ministra Urrejola deberá abocarse a temas que la administración del gobierno de Piñera deja pendientes: las firmas del Acuerdo de Escazú y del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU. A su vez, tendrá que prestar atención a los alegatos pendientes del caso del Silala con Bolivia y al debate sobre la ratificación -o no- del TPP11, entre otros temas.


Resumiendo, el cambio época llega por fin a la política exterior que se nos avecina y pone frente a grandes desafíos a la ministra Urrejola y su plana mayor. Chile asoma, a la región y al mundo, desde nuevas perspectivas propias del siglo XXI.



 
 
 

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