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Fundación La Casa Común

Integración Regional: el gran desafío para las Américas

Por Jaime Ensignia

Sociólogo, Dr. en Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Libre de Berlín


Contexto. Variadas han sido las iniciativas para llevar a buen puerto una genuina integración regional en Latinoamérica. Sin embargo, desde la promisoria perspectiva del Pacto Andino, creado en el año 1969 a la fecha, los organismos e instituciones que tenían como fundamento fortalecer la integración regional, de una u otra manera han fracasado o, al menos no han podido gestar una real integración de nuestras naciones.

Las instituciones. Con el retorno a la democracia en la región luego de décadas de regímenes dictatoriales, en 1991 se crea el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), orientado centralmente en los aspectos económicos y comerciales de las naciones que la integran originalmente (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay). Luego se incorporan Bolivia y Venezuela, esta último cuestionado en su participación por la constante represión y violación de los DDHH. Chile no es miembro pleno de esta institución. Sin embargo, el país es miembro activo de la Alianza del Pacifico, fundada en el 2011 por Perú, Colombia, México y Chile cuyo central objetivo es constituir un área de integración económica y comercial que incentive un mayor crecimiento, libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas.


En la primera década del siglo XXI, al menos dos institucionalidades regionales se erigían como la más próximas a cumplir con los objetivos de una organización regional que pudiese ser un verdadero contrapeso a los grandes bloques internacionales, llámense éstos EEUU, la Unión Europea (UE) y, Asia pacifico y, China. La primera fue la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), con sede en Ecuador, creada en el 2008 por los principales países de América del Sur, bajo gobiernos en la región en donde predominó la izquierda y la centro izquierda. El escenario político regional de ese entonces era muy propicio para una organización de esta naturaleza se preocupase de los temas económicos comerciales, pero con un fuerte acento político en esta parte de la región. Llegó a conformar más de 11 Consejos Temáticos. Debido a la renuencia ideológica de Bolivia y Venezuela de nombrar un nuevo secretario ejecutivo -que en esta oportunidad le correspondía a un representante del gobierno argentino de M. Macri- la institución se paralizó por varios años y lentamente países miembros se fueron marginando, lo cual llevó a la desarticulación de UNASUR. Se intentó reemplazarla por un nuevo organismo regional denominado “Para el Progreso de Sudamérica” (PROSUR) iniciativa de los gobiernos conservadores de Macri, Duque y Piñera. PROSUR termino siendo una institución carente de contenido, ideologizada e inexistente.


La segunda organización que tiene componentes más cercanos a una real integración de las Américas, es La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), constituida en el 2010 y, que integra a 33 Estados soberanos del continente. Su objetico central es profundizar la integración política, económica, social y cultural de América Latina y el Caribe basado en el pleno respeto por la democracia y los derechos humanos, según su declaración de principios. Luego de haber estado algunos años en inacción, la CELAC se reactiva vigorosamente a partir de la VI Cumbre de Jefes de Estado celebrada en Ciudad de México (18 de septiembre 2021) siendo presidida por el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador. En esta Cumbre participaron 17 mandatarios, 2 vice presidentes, 9 cancilleres, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena y el presidente del Consejo Europeo de la Unión Europea (UE), Charles Michel. En síntesis, una notable e importante representación de las naciones de ALyC y de estos dos organismos regionales, la CEPAL y la UE. Esta Cumbre no contó con la participación de Brasil por expresa decisión del presidente J. Bolsonaro. Lentamente, la CELAC se posiciona como la institución que logra hacer converger a los países de la región posicionándose por sobre otros organismos regionales como por ejemplo la Organización de Estados Americanos (OEA) fuertemente cuestionada por naciones significativos del continente americano. También en esa misma dirección, el mentado Grupo de Lima es omitido de todo tipo de coordinación por las naciones integrantes de la CELAC. En la reciente Cumbre XXII de Cancilleres de la CELAC realizada en Buenos Aires (6 y 7 de enero 2022) en donde la presidencia pro tempore pasó del presidente mexicano López Obrador al presidente de Argentina, Alberto Fernández es un nuevo punto de inflexión en el camino a una real y decisiva integración de las grandes potencias latinoamericanas que condensan aproximadamente el 90% del PIB del continente.

La impronta regionalista del futuro gobierno de Gabriel Boric


La integración regional será sin lugar a dudas, un punto de referencia importante para la política exterior del nuevo gobierno que asumirá el próximo 11 de marzo. La significación de la región y, en especial de los países limítrofes es parte consustancial de la labor de la nueva Cancillería. El mismo presidente Boric lo ha señalado en más de una oportunidad “es preciso superar las pasiones ideológicas y las contingencias políticas si queremos que nuestros países se entiendan en América Latina y se integren económica y políticamente”. (Ver: Gobierno de Boric y prioridades internacionales. Roberto Pizarro H y Luis Herrera M, El Mostrador, 5 de enero 2022).


Gana terreno en el gobierno recién elegido de que el fortalecimiento de un bloque latinoamericano permitirá enfrentar satisfactoriamente los desafíos políticos que se desprenden del nuevo orden económico internacional. Un bloque de esta naturaleza podrá ser un poderoso instrumento en el actual escenario económico y político mundial, constituyéndose en un tiempo no tan lejano en un referente que pueda dialogar de igual a igual o en mejores condiciones con los otros bloques internacionales, como la Unión Europea, las potencias del Asia Pacífico, y, en forma especial con las dos grandes potencias mundiales, la emergente, China y, la potencia en declinación -en opinión de muchos expertos- la de los EEUU. En este escenario del tablero internacional, Chile, con el gobierno entrante del presidente Boric, podrá fortalecer esta perspectiva de una América Latina y el Caribe unida y vigorosa junto a los gobiernos progresistas en la región como Argentina, México, Bolivia, Perú con todas sus dificultades y, con los gobiernos progresistas que posiblemente vendrán en Colombia y Brasil. El futuro gobierno de Boric, ha manifestado su decidido apoyo a las iniciativas regionales.


Colofón. Sobre el tema de la Integración Regional se han vertido toneladas de escritos y, la retórica superflua al respecto por parte de los más diferentes gobernantes del continente, han sido predominantes en este ámbito. Así también, ha habido una proliferación de organismos regionales creados que no han podido cumplir con el objetivo central: una integración regional plena.


Los esfuerzos expresados fe parte de gobiernos de Argentina, Bolivia y Perú por reactivar UNASUR, son dignos de destacar, sin embargo, no cristalizados. De seguro, que la posición de países como Colombia y Brasil si cambian de gobierno en las próximas elecciones presidenciales (Colombia y Brasil 2022) estarán en la dirección de fortalecer estos organismos. El qué la CELAC asuma un papel más protagónico en el proceso de integración de ALyC serán acogidos favorablemente por los gobiernos progresistas actuales y los que vengan en el continente.


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